viernes, 30 de abril de 2010

Cena del hambre 2010


El día 26 de abril tuvimos en el comedor del Seminario Diocesano de Jaén la Cena del hambre. A ella asistimos los seminaristas menores con su Rector D. José María Romero, y los seminaristas mayores con su Rector D. Pedro Ortega, su Vicerrector D. Juan Jesús Cañete y su Director Espiritual D. Tomás Jurado. Animando la cena solidaria participaron Dª Ana Colmenero, Delegada de Manos Unidas en la Diócesis de Jaén, y también asistió el Secretario de Manos Unidas, D. Cristóbal Medina.
Comenzamos la cena con una oración, sobre algunos textos evangélicos, salmos, cánticos y peticiones, para animarnos en nuestra generosidad. A continuación, se proyectó un video sobre lo que es Manos Unidas y lo que hace por el Tercer Mundo, y la campaña de este año. Luego, la Delegada nos habló sobre lo que era Manos Unidas, sus fuentes de ingresos, etc. El secretario presentó los proyectos asumidos por los arciprestazgos de la Diócesis en este año. También nos informaron sobre algunas cosas que muchos no sabíamos, como que podíamos hacernos socios de Manos Unidas, para que nuestra aportación fuera más continuada, ya que la mayor parte del dinero recaudado se obtiene de los socios.
Por último, tomamos el pan y aceite, como ya es habitual, en esta cena entretenida y solidaria a la vez, con los ojos y el corazón puestos en las personas más necesitadas del Tercer Mundo. Y cada uno ofreció lo que pudo en donativo, para los proyectos de Manos Unidas. Se recaudó 402 euros.

Salmo en busca de un proyecto de vida


Es el momento, Señor, de orientar mi vida;
Es la hora de dar rumbo a mi existencia;
Estoy a punto para descubrir un nuevo camino;
No me sirve, Señor, el vivir en eterna encrucijada.
Estoy ante ti abierta como la playa al mar.;
Estoy en busca de tus pasos, de tus huellas.
Quiero dejar atrás mis caminos y entrar por “tus caminos”
Quiero decir sí al plan de Dios para los sueños de mi vida.

Aquí estoy Señor, y te digo sin rodeos:
Señor, ¿qué quieres que haga?
Aquí estoy Señor, como Samuel en la noche
Y te digo: habla, que tu siervo te escucha.
Aquí estoy Señor, como María cuando era joven
Y te dijo: He aquí la esclava, que se haga según tu palabra.
Aquí estoy Señor, con un corazón disponible como el tuyo
Y te digo: “Quiero hacer tu voluntad”

Señor, ¿qué quieres de mí? ¿Qué me pides?
Señor, ¿cuál es el plan del Padre para mi vida?
Señor, ¿cuál es el proyecto que quieres que realice?
Señor, ¿a qué me llamas? ¿por dónde quieres que camine?
Señor, ¿cómo estar segura de tus caminos en mi vida?
Señor, ¿cómo se yo que es eso lo que deseas de mi y no otra cosa?
Señor, ¿seré capaz de ser fiel a la llamada que me haces?
Señor, ¿y si me equivoco y tengo que volver atrás?
Señor, ¿cómo comprometerme si no estoy plenamente segura?

Preguntas, Señor, siempre preguntas. ¿Cuándo saldré de la duda?
Yo quiero tener claro cada paso del camino.
Yo quiero tener mis seguridades y tengo miedo a lo imprevisible.
Si no me animo a arriesgar: ¿Estoy disponible para ti?

Quiero, Señor Jesús, salir de esta confusión en que vivo.
Quiero, Señor Jesús, escucharte y dar respuesta a tu llamada.
Quiero, Señor Jesús, quedarme libre para seguirte.
Quiero, Señor Jesús, arriesgar mi camino con el tuyo.
Quiero, Señor Jesús, dejar mis miedos, dar paso a mi fe de joven.
Quiero, Señor Jesús, fiarme de tu plan porque me amas.

Yo sé que me has mirado, que has puesto tus ojos en mí.
Yo sé que me quieres para ser servidora de tu Reino.
Yo sé que me das la fuerza de tu Espíritu para ser enviada.
Yo sé que es posible realizar tu plan y ser feliz.

Señor, quiero hacer de tu Persona y Evangelio,
El proyecto de vida que dé sentido a mi existencia.
Aquí me tienes, Señor, para hacer tu voluntad.

(Emilio L. Mazariegos. Salmos de un corazón joven. Págs. 162-163)

miércoles, 21 de abril de 2010

Convivencia vocacional de abril


Organizada por el Centro de Orientación Vocacional “Manuel Aranda” y coordinada por el Rector del Seminario Menor, se ha celebrado en los días 17 y 18 de abril una Convivencia Vocacional.
En el contexto de alegría por la Resurrección del Señor, Jesús ha llamado a un grupo numeroso de adolescentes (treinta y tres) de entre 14 a 17 años a asistir a este encuentro, que, como viene siendo habitual, reflexionamos sobre la vida de un profeta y de un santo sacerdote, y revisamos nuestro Proyecto Personal de Vida.
El sábado, sobre las 10 de la mañana, dimos inicio al encuentro con la acogida. A las 10,45 tuvo lugar la oración de inicio, y a continuación desarrollamos el juego “La Llamada de Dios”, que consistía en averiguar las características comunes que tenemos con los de un grupo determinado de participantes, cualidades que eran aprovechadas por el mismo Dios para llamarnos a cada uno, tal y como somos.
Uno de los puntos especiales de la convivencia fue la vocación de Jeremías, en el que los seminaristas mayores nos explicaron la vida de este profeta y reflexionamos después en la oración sobre cómo vivimos nosotros las cualidades que descubrimos en Jeremías, lo cual fue puesto a continuación en común.
Antes de la comida disfrutamos de tiempo libre y después de ella hicimos deporte.
El trabajo de la tarde fue iniciado con San Pedro Poveda, un santo sacerdote de la ciudad de Linares, que ejerció su ministerio en Guadix, Covadonga, Linares, Jaén y Madrid, y fundó la Institución teresiana. En este importante punto del día reflexionamos sobre su vida y cómo influiría en nuestra vida su manera de ser.
A continuación con la ayuda de D. José María Romero y D. Andrés Segura (Rector y Director Espiritual del Seminario Menor, respectivamente) revisamos nuestros proyectos personales de vida.
Seguidamente merendamos y nos marchamos a la Parroquia de San Pedro Poveda de Jaén, para asistir a la celebración de la Eucaristía con la ayuda de su párroco y la colaboración de los fieles.
Por último, cenamos y por la noche algunos vimos una película y realizamos unos juegos, momentos en que todos disfrutamos mucho.
El domingo, día del Señor, por la mañana se celebró la Eucaristía en la Capilla de los seminaristas mayores y desayunamos para dar por finalizado el encuentro del mes de abril.
Animamos a otros jóvenes que estén realizando desde 1º de E.S.O. a participar en las próximas convivencias vocacionales, que están programadas para los días 22 y 23 de mayo, y 11, 12 y 13 de julio. Os esperamos!!!

martes, 20 de abril de 2010

Oración vocacional de abril

El día 15 de abril se celebró la Oración por las vocaciones sacerdotales, que son tan necesarias para nuestra Diócesis de Jaén y para toda la Iglesia. En ella participamos los seminaristas del Seminario Menor, junto con los del Mayor.
Este mes nos acompañó la comunidad parroquial de Albanchez de Mágina, además de otras personas que siempre asisten.
La oración tuvo tres partes: la recitación del salmo 33, la lectura del evangelio del encuentro de Cristo resucitado con María Magdalena y peticiones. Todo ello salpicado de espacios de silencio y cantos.
Después de la oración pudimos disfrutar de un buen rato de convivencia en el comedor del Seminario, a la vez que bebíamos un refresco y tomábamos un buen tapeo.
La oración vocacional del próximo mes se celebrará el día 6 de mayo. Estáis todos invitados. Ya lo sabéis: ¡en el Seminario os esperamos!

miércoles, 14 de abril de 2010

Gracias por ser sacerdote


Hace poco fui a Misa.
Sentía una necesidad de ir a la Iglesia
y saludar a Jesús,
de participar de la Eucaristía.

Me encontré con un sacerdote diferente.
Celebraba la Misa con una particular devoción.
Me impresionó cuando elevó
las especies consagradas
y las miraba con tal cariño,
con una ternura tan grande y profunda,
que te llegaba al alma.

La Misa continuó
y nos sentimos transportados al Paraíso,
en la presencia de Jesús.
Cuando terminó, fui a la sacristía,
y le dije emocionado:
– “Gracias... por ese amor
y delicadezas con el buen Jesús,
por su amor a Jesús Sacramentado”.

Me tomó de las manos agradecido.
Sonrió y me dijo algo que nunca olvido:
– “Rece mucho por mí”.

En ese momento pensé:
“¿Cómo un hombre santo
me pide que rece por él?”

A menudo reflexiono en ello:
“Rezar por los sacerdotes”.

Comprendí que se parecen tanto a nosotros.
Y, a la vez, son tan diferentes.
Tienen algo de sagrado,
un Cristo metido en sus almas,
que nos ve a través de ellos
y nos bendice y nos perdona.

Pienso también en su gran lucha espiritual.
Son los más atacados y golpeados.
Por los que no les comprenden.
Por los que hablan mal de ellos.

¿Te has dado cuenta?
Cargan con sus problemas y con los nuestros.
Es justo que también lleven, en sus almas,
nuestras oraciones y nuestro afecto.

Siempre he tenido un cariño muy particular
por los sacerdotes, sin importar su carácter,
su raza o su idioma.
Me han dado los mejores consejos.
Han estado presentes en los momentos
más importantes de mi vida.
Y he tenido la gracia de conocer
y cultivado la amistad de algunos.

Qué bueno saber que aún hay almas
que se atreven a vivir el Evangelio,
a escuchar el llamado de Jesús.
Hay que ser valientes, decididos,
y tener una confianza grande
en la voluntad del Padre.
Abandonarse en sus brazos.

Esto es un sacerdote:
un Cristo en la tierra.

Pidamos por ellos,
para que Dios, en su bondad infinita,
les preserve de todo mal
y los haga crecer en santidad.

¿Eres sacerdote? Gracias.
Gracias, por tu entrega.
Gracias por tu amor a Jesús Sacramentado.
Por tu fidelidad.
Por enseñarnos el camino.
Dios te bendiga.

Claudio de Castro
Catholic.net

viernes, 9 de abril de 2010

La Semana Santa de los seminaristas


Esta Semana Santa ha sido la PRIMERA que cada uno de nosotros hemos vivido como seminaristas y por ello es bueno que comentemos cómo nos ha ido este tiempo tan fundamental en la vida de un cristiano.
Para empezar, la Semana Santa significa para nosotros alegría por ver a nuestros seres queridos (ya que son unos días de vacaciones) pero también un pesar, el de que Jesús va a morir por nosotros. Los seminaristas desde nuestros pueblos hemos intentado estar lo más unidos a este hecho, que no debe pasar de largo en la vida de ningún cristiano y menos en la de un seminarista.
Nosotros, como es natural, nos sentimos llamados a vivir la Eucaristía y el mandamiento del amor que Jesucristo nos mandó en su última cena. Hemos participado en ella y hemos intentado vivir muy profundamente la presencia de Cristo en su Palabra y en su Cuerpo que Él mismo en el Jueves Santo nos ofreció. Ya el Viernes Santo nos unimos a toda la Iglesia para conmemorar la muerte de Cristo y descubrir el rostro de tantos crucificados que hoy siguen sufriendo también todas las cruces de nuestro mundo (alcohol, aborto, guerra, drogas, enfermedades, marginación…), por los cuales pedimos y nos comprometimos en liberar a esos crucificados. Y el Sábado Santo por la noche nuestra alegría fue completa, al celebrar la resurrección de Cristo, el cual nos resucita también a nosotros a una vida nueva por la fuerza de su Espíritu. También hemos pedido en esta semana especialmente por la persona del sacerdote, en la que Jesucristo se hace presente cada día, sobre todo en este tiempo litúrgico y en este año sacerdotal en el que estamos inmersos.
Aunque nosotros no hayamos pasado la Semana Santa en el Seminario hemos estado muy en contacto con nuestro rector e incluso hemos venido a echar una mano en la Misa Crismal.
Por último, decir que la Semana Santa ha sido muy especial para nosotros, porque siendo acólitos, músicos o costaleros, “disfrutamos” de una semana en familia y en recogimiento, ayudando en todo lo que hemos podido en nuestras Parroquias y en nuestras casas.